¡MI VIRGEN DE MAYO!
A ti te saludo, enamorada de Dios
A ti te saludo sagrario viviente del
Altísimo
A ti te saludo arca de la Nueva Alianza
A ti te saludo esperanza nuestra y del
mundo entero
¡A ti Virgen de Mayo!
Dios se fió de ti, y te mandó aquel huésped
radiante
Y ante aquella petición, el Altísimo
entró en tu aposento
¡Y qué sorpresa! Madre mía
Ya no será su centro el Templo sino el
corazón humano
¡Y el medio serás tú, Virgen de Mayo!
Entonces te convertiste en la discípula
más fiel
La agraciada, la amada, la elegida, la
predilecta…
Eres la esperanza universal, nuestro Polo
Norte
Arca viviente y camino del peregrino
¡Tú, Virgen de Mayo!
Tú, mujer de entrega definitiva
Que supiste abandonarte al porvenir
misterioso de Dios
Tú, mujer creyente,
Que supiste dejarte conducir por el
camino de la fe verdadera
¡Oh, Virgen de Mayo!
Por aquellas aldeas de Judea fuiste con
presteza
La alegría te hacia saltar como cervatillo
para anunciar la Buena Noticia
Tu alma enamorada deseaba desbordarse con
el Magníficat
Y Tú hija predilecta te abajas y nos
trazas el camino del servicio
¡Tú, Virgen de Mayo, portadora de la alegría
Mesiánica!
Tú la mujer silenciosa ante el drama
Mesiánico
Tú que convertiste tu corazón en una
reliquia de la Palabra Divina
Mujer de escucha y del discernimiento
continúo
Que comprendió en medio de la prueba el
plan Divino
¡Madre de mi vida, Virgen de Mayo!
Tu esposa Virgen del Verbo Virgen
Tu tálamo nupcial del Verbo
Tú el lecho florido como en Mayo, para el
reposo del Verbo
Tú la perfecta, bañada por la belleza
celestial
¡Tesoro de mi alma, Virgen de Mayo!
Oh Plenitud maravillosa,
Oh amor puro, no adulterado
Oh la flor del campo y el lirio de los
valles
Oh jardín de las delicias Divinas
¡A ti, mi Virgen de Mayo!
Tu que supiste vivir únicamente la misma
vida de tu Hijo
Tu Madre del Verbo encarnado y Madre de
la Iglesia
Tu que supiste vivir en el Amado, por el
Amado y con el Amado
Tú que hiciste posible la unión perfecta
con el Hijo predilecto
¡Tu alma esposa de Cristo, Virgen de Mayo!
Tu Madre del hogar cristiano
Tu sabroso paladar de los que te aman
Tu refugio del afligido y desamparado
Tu corazón de Jesús, el Hijo del Altísimo
Rey
¡Oh cuan dichosa eres Virgen de Mayo!
Madre nuestra y maestra silenciosa
Enséñanos a no reservarnos nada
Enséñanos a contemplarte en el Misterio
Divino
Enséñanos a amarte a ti y a Jesucristo
sin mezcla ni sombra alguna
¡Enséñanos ser como tú, Virgen de Mayo!
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