domingo, 22 de enero de 2017

Domingo III Tiempo Ordinario



QUE NO ME CANSE, SEÑOR

De proclamar  tú Reino, de verdad y de justicia,

ante tanta  mentira e insolidaridad.

De recorrer,  caminos y valles,

aunque, a  veces, sienta que los oídos no escuchan

ni los  corazones de los hombres

te aman como  debieran.



QUE NO ME CANSE, SEÑOR

De pregonar,  la salud que nos traes,

frente a la  enfermedad y el pesimismo

el  desencanto o la apatía por la vida.

De llevar tu  luz, Señor, donde la oscuridad reina

y, donde la  tiniebla, confunde lo malo con lo bueno



QUE NO ME CANSE, SEÑOR

De decirte  “si” cuando, mi interior,

me empuje a  desertar de tus sendas

o a no ser  valiente en mis decisiones

De anunciar  tu Palabra que salva

y, luego, de  llevarla a mi vida

De seguir  tus pasos y tus huellas

y alejarme  de otras que son polvo y nada



QUE NO ME CANSE, SEÑOR

De regresar  de caminos equivocados

De pedir  perdón por los errores cometidos

De ser más  humilde y menos soberbio

De caminar  hacia la santidad

y de luchar  contra mi propia mediocridad


Que no me  canse, de Ti, Señor.

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