¡NO OS DEJARÉ HUÉRFANOS!
¡Qué palabra más esperanzadora! ¿Qué
más podríamos esperar del Maestro? <<No os dejaré huérfanos>>,
palabras llenas de vida, de compromiso, de Amor, de bondad…<<No os dejaré
huérfanos>>.
Concluido el tiempo previsto para la
misión de Cristo, después de haber llevado a cabo el proyecto encomendado a Él
por su Padre, Jesús con unas palabras llenas de aliento quiere despedirse de
sus discípulos. Antes de realizar su llegada a la meta después de su éxodo
terrenal hacia el cielo, Jesus siente el vacío, y el miedo que se acumula en los
suyos. Y es aquí donde les alienta con una promesa divina <<no os dejaré
huérfanos>>, << yo le pediré al Padre que os envíe el abogado
defensor, el Paráclito, el Espíritu de la verdad>>.
Hoy quisiera sentir en mí la gran
pérdida que sintieron sus discípulos al conocer la inminente partida de su
Señor. Un sentimiento que me lleve a desear y a concienciarme más de la promesa
divina <<no os dejaré huérfanos>>. Jesús hoy nos habla de dos
palabras claves en la vida humana: el Amor y la Obediencia.
Jesús, recorre toda su vida terrenal
amando sin medida, absolutamente entregado a la misión a él encomendado, ama
sin límite, sin medida, sin esperar nada a cambio, desinteresadamente. Su
misión ha sido y es Amor. Y ¿cuantas veces yo misma para amar me veo obligada a
hacer cuentas? ¿Recibiré el mismo amor que ofrezco? ¿Alguna ganancia? Es tanto
que incluso en la misma oración sin darnos cuenta solemos oír <<Señor, yo
te pido esto y esto, y si me lo ofreces, te daré esto, sacrificaré esto o lo
otro>> Jesús ama porque todo Él es Amor. Hoy nos dice <<el que me
ama guardará mi palabra, mi Padre lo amará y vendremos a él>>
El “sí” de Jesús a la voluntad divina
de participar de lleno en el plan salvífico no le fue nada fácil. Su Kenosis llega
hasta el fondo, Jesús Hijo del Altísimo vive en su vida continuamente momentos
oscuros de la vida humana. Momentos que solo los ilumina su relación con el
Padre:
El Rey del Universo nace en un pesebre
¡si fuera en un castillo bien se lo creería todo el mundo! Su infancia es rodeada
de guerras y se verá obligado a salir de su país. ¿Un Dios desterrado?
Jesús vive y crece bajo la autoridad de María
y de José. Atravesará valles y fronteras para llevar la Buena Noticia a todos.
Se verá rechazado en su mismo pueblo, perseguido y finalmente muerto en la cruz
como un malhechor. Nulo en su proyecto.
Pero casi en el silencio, sin vocear
por las calles la Buena Nueva surge con raíces fuertes y robustas.
Ahí tenemos hoy la figura de Felipe,
hombre honrado y justo que predica a Cristo y obra signos grandes. Felipe nos
muestra la confianza y la fe inmensa que tenía en Jesús. Su fe lo lleva a
realizar obras grandes.
He aquí una imagen verdadera de la fe
cristiana, a la cual Pedro nos llama a estar siempre dispuestos para dar
explicación a quien nos pida la razón de nuestra esperanza y además con
delicadeza y con respeto.
Jesús pregona la Buena Nueva sostenido
por su Padre y el Espíritu Santo. Pidámosle que nos enseñe a Amar y a obedecer
al don recibido de Dios.
Os invito a hacernos dos preguntas
sencillas pero a la vez difíciles:
¿Vivo
el amor pasando facturas o a la manera de Cristo?
¿Jesus
fue obediente hasta la muerte, mi obediencia brota de su misma obediencia?
Hna. Catalina Mª Inmaculada.
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