JESÚS MAESTRO DEL HOMBRE Y AMIGO DE LA VIDA
“Señor (…) amas a todos los seres
y no odias nada de lo que has hecho (…) perdonas a todos porque son tuyos,
Señor amigo de la vida (…). Nos dice la primera lectura de este domingo del
libro de la sabiduría. El amor de Dios Padre al hombre y a todos sus criaturas es mucho más
que lo que podemos pensar, independientemente de lo que el hombre, en su
naturaleza débil y pecadora, sea lo que sea. ¿Y, cómo es posible? Porque Dios
es Amor Fiel que nunca puede negarse y el hombre (tu y yo) tenemos la plena
libertad de escoger el camino de vida que quisiéramos llevar a cabo. Por eso
podemos exclamar de alegría con el Salmista <<bendeciré tu nombre por
siempre Dios mío, mi Rey>>.
Pablo a su vez en la carta a los Tesalonicenses
nos exhorta y nos recuerda la importancia de pedir continuamente a Dios que nos
considere dignos de nuestra vocación, para que con su fuerza nos permita
cumplir los buenos deseos y la tarea de la fe; es decir tenemos un Maestro tal
que no podemos dejar de mirarlo y escucharlo asiduamente y también poseemos una
vocación tal que nuestro Maestro espera que la desarrollemos para continuar su
obra de salvación. ¿Conoces tu vocación? Realízala, pues con esmero para que Jesús
nuestro Señor, sea tu gloria y tú la gloria
de Él.
Pero, hermanos, todos juntos
hombres y mujeres estamos llamados a una vocación común, es la vocación del
Amor, ese Amor que derrama continuamente del corazón del Padre a través de su
Hijo Jesucristo. Roguemos pues día y noche para que merezcamos este Amor ya que
nuestra condición humana tiende a inclinarse al mal, a la miseria. Vayamos a
Cristo humildemente para que Él nos enseñe.
Lucas (19,1-10) a su vez nos cuenta el encuentro de
Jesús y Zaqueo, jefe de publicanos y rico, normalmente bajo negocios sucios. La
gente, con toda razón, del mundo, lleno de criterios humano se sienten molestos
¿cómo es que el Maestro, que todos seguimos, el Profeta Jesús se digna cobijarse en la casa
de ese ladrón, un rico pecador? Estos hermanos,
son los criterios humanos que todos poseemos y de una u otra forma repetimos
todos los días. Pero, el Amor de Dios es mucho más rico que lo que podemos
imaginar. Es más, Él nunca deja perder a ninguno de los que ha creado. ¡<<
Zaqueo baja, hoy tengo que alojarme en tu casa>>! La actitud de Zaqueo es
impresionante, <<baja en seguida y lo recibió muy contento>>.
Hermanos Dios nos llama a cada
uno con su propio nombre. Continuamente toca la puerta de nuestro corazón. No
le importa tu forma de ser, ni tus pecados. Solo te pide una sola cosa; abrirle
el corazón.
A Jesús no le importa la incomprensión
de los hombres que le acarrea críticas, solo le importa salvar y volver a la
vida a la oveja descarriada. Fue su misión entonces, y es la tuya y la mía en el tiempo presente.
Dos preguntas que nos ayuden a
profundizar más:
·
Jesús se retiró cuarenta días con sus noches
para prepararse llevar a cabo la misión a Él confiada por el Padre ¿conozco mi vocación?
·
La misión de Jesús se centró en devolverle la
vida al que la tenía perdida, enseñar al descarriado, ofrecer dignidad y libertad,
su misión fue y es salvar a todo el que le recibiera. Yo, como seguidor de
Cristo ¿trato de ofrecer vida, aliento…al que lo necesite o sigo con la misma incomprensión
de los fariseos? ¿Qué hay en mí que tengo que cambiar porque me impide esta misión?
Dios se da a sí mismo y se
comunica a cada uno en la medida en que nos abrimos a los dones de Dios durante
toda nuestra vida.
Buen domingo a todos y
que Dios os bendiga.
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