Fiesta de la
Ascensión
Una relación
nueva
Hoy
Cristo nuestro hermano y Señor sube al cielo junto a su Padre. Hoy Cristo Rey
victorioso y Señor de los señores vuelve a la derecha del Padre llevando
consigo cautivos. Hoy tú y yo que creemos en Él entraremos victoriosamente en
alma y espíritu en aquella mansión celestial junto al Padre. Desde hoy tu y yo
seremos participes de la gloria eterna aun estando aquí en la tierra. Una
alegría que se colmará a la medida de nuestra relación disponible y la apertura
a su Santo Espíritu en el día a día.
Toda
persona que cree en Dios y en su enviado (Cristo) igual que a los apóstoles que
comieron y bebieron con Él durante su vida terrenal es testigo de sus
enseñanzas y sus obras. Es un instrumento que porta en sí las instrucciones
divinas <<seréis mis testigos hasta los confines de la tierra>>. Es
decir transmitir la vida que bebemos de la fuente inagotable que es Cristo y su
Reino. Ser espejo, sal y luz de Él allí donde estemos. Buscar caminos y
proyectos de liberación, sembrar esperanza allá donde no la hay, cambiar en
alegría la tristeza, sembrar y vivir el amor sin importar los riesgos y como
simples testigos de su amor y poder predicar más bien con obras que con
palabras su Buena Noticia.
Una
misión que propagar y llevar a cabo con una apertura imprescindible
<<abiertos al Espíritu Santo>> prometido por Dios. Tú y yo que nos hemos
dejado ganar por el dinamismo del mensaje de Jesús, hemos subordinado nuestro
trabajo y esfuerzo a la causa de Dios que implica también la del hombre y la
mujer actual. Oyentes pues de la llamada dirigida a cada cual hemos de salir de
nuestra tierra, del calor de nuestra seguridad, de la ilusión de nuestras
expectativas que en la mayoría de las veces nos esclavizan y a aterrizar en
nuestras propias periferias, y también en las que la ambición humana ha provocado
¡Esta es la difícil pero tierna tarea del depositario/a del mensaje divino!
Allí daremos testimonio de nuestro compromiso cristiano que corresponde a la
vocación cristiana y creyente recibida. Una vocación de amor y unidad.
Hoy
nuestro Salvador después de visitar a los suyos 40 días (expresión simbólica)
en distintas ocasiones da su paso definitivo de la tierra a la derecha del
padre. Así comienza una nueva vida, una nueva relación con Él que implica una
intimidad más profunda, una relación más cercana. Ya siendo sus testigos no
podemos dejarnos aprisionar por nada ni por nadie sino solo por Él
La
promesa es cierta <<acompañaré a los que crean>> y. <<el
Espíritu Santo vendrá sobre vosotros>>, es el hilo conductor de la gracia
divina. Jesús al subir a los cielos no nos deja como huérfanos sino que nos
hace pertenecientes ya del Reino celestial en Espíritu hasta que llegue la
plenitud de los tiempos. Ya no podemos sino gozarnos y deleitarnos en Aquel Rey
victorioso y Sol que no conoce el ocaso. Gozarnos y deleitarnos ya en su Reino
porque allí donde están el Padre, su enviado y el Espíritu Santo irradian sin verlos su bondad y su amor. Allí
donde están se halla el cielo. No te olvides nunca que tú y yo pertenecemos al
grupo de los testigos de su Reino en cualquier sitio donde estemos.
Buen
domingo a todos de la Ascensión.
Paz y bien,
Hna. Catalina Mª Inmaculada Ohp
Hna. Catalina Mª Inmaculada Ohp
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